La salud se ha convertido en el nuevo estándar de belleza.
En lugar de poner el foco en un ideal de “concreto” belleza, ahora lo estamos poniendo en un ideal concreto de salud.
Nadie puede realmente definir la salud, ya que es completamente individual. Cuántos más años de profesión acumulo, más amplia es mi idea de salud.
El ser humano es contextual, lo que quiere decir que “quienes somos, lo que hacemos, lo que pensamos y sentimos” tiene sentido dentro del contexto de en el que vivimos, nos hemos criado y hemos aprendido. Y si tenemos en cuenta a cada uno de nosotros y nuestro contexto, hay tantas posibilidades de autocuidado y salud como personas en el mundo. Lo que me funciona a mí, puede no funcionarte a ti. Lo que es «salud» para mí, puede ser muy diferente para ti, que me estás leyendo. Y como seres humanos autónomos, podemos decidir qué es lo mejor para cada uno de nosotros.
Hoy quiero compartirlo contigo algunas reflexiones sobre lo que es y sobre todo, lo que no es salud que he ido aprendiendo estos años:
La salud NO es una medida de dignidad.
La dignidad es su derecho de nacimiento, y es algo que todos tenemos de forma inherente. Tu eres digna. Todos somos merecedores de su propio amor propio y respeto. No importa cuál sea nuestro estado de salud.
Y lo más importante, todas somos merecedoras de un trato digno por parte del colectivo médico y que se atiendan nuestras demandas independientemente de nuestro tamaño corporal.
La cultura de la dieta y el salutismo nos hace creer que solo seremos dignos de amor cuando cumplamos unos estándares de tamaño, color, edad, …..Detrás de esta idea hay mucho negocio, pero es muy fácil que cale muy dentro nuestro la idea de “no merecedoras” cuando desde pequeñas hemos oído comentarios respecto a lo que es correcto o incorrecto.
La salud no es sólo física.
Generalmente, cuando escuchamos «salud» estamos pensando en cosas como: presión arterial, control de azúcar en la sangre, peso / tamaño, movilidad, procesos de enfermedad o falta de eso.
Y mi pregunta es: ¿qué pasa con nuestra salud mental, emocional o incluso espiritual?
¿Qué pasa cuando no tenemos suficiente acceso a recursos? ¿O cuando no podemos salir al campo por las restricciones de la pandemia?
Personalmente, me pasé años practicando un autocuidado rígido, obsesionada con lo que le daba a mi cuerpo, y nunca me había sentido tan mal emocionalmente.
La salud es algo holístico y complejo. Nunca antes habíamos tenido a mano tanta información sobre lo que es salud o no es salud, y nunca antes nos había costado tanto cuidarnos.
Desconexión del cuerpo, aislamiento social, acceso a recursos, nivel sociocultural, estrés, ideas rígidas sobre lo que cuidarse, la cultura de la dieta, el estigma social, evitación emocional, son algunos de los factores que pueden tener impacto en nuestra salud y en nuestras elecciones.
La salud no está enteramente dentro de nuestro control.
Como te comentaba, son múltiples los elementos que pueden influenciar nuestro estado de salud.
Y aunque los tuviéramos todo controlados, seguro que habrían cosas fuera de nuestro control (pandemias, enfermedades autoinmunes, problemas económicos…)
Cosas como la genética, el acceso a recursos, la educación, experiencias de estigma o de trauma, contribuyen a nuestro estado de salud.
Con esto no quiero decir que no podamos hacer acciones que apoyen nuestro autocuidado que probablemente nos acerquen a tener un mayor grado de salud y bienestar. Pero siempre habrán cosas que se nos escaparán.
La salud NO es una obligación.
El autocuidado es un valor personal, y como tal elegido libremente. Nadie tiene la obligación de cuidarse. Somos libres de tomar nuestras propias decisiones. Y nadie tiene derecho a obligarnos a cuidarnos. Igual que nadie tiene derecho a obligarnos a estudiar una carrera, o a casarnos.
A menudo a oído discursos pro-salutismo a personas que con sus conductas rígidas de autocuidado acaban promoviendo hábitos perjudiciales como conductas vinculadas a trastornos alimentarios.
La salud NO se basa en tamaño o forma.
Hemos entrelazado la salud y el tamaño tan fuertemente que perdemos la capacidad de ver las cosas tal y como son. Lo que necesitamos recordar es que la salud, o ausencia de, afecta a todos los tamaños.
Las personas delgadas pueden estar no sanas. Las personas gordas pueden estar sanas. Y viceversa.
Esto no quiere decir que todos los individuos con cuerpos grandes estén sanos, o que todos los cuerpos delgados no sean saludables, pero necesitamos cuestionar este pensamiento blanco-negro.
Atribuir la salud al tamaño es una manera gordófoba y sesgada de mirar a una persona.
Podemos aplaudir cuando una persona pierde peso y tal vez detrás de eso hay conductas fruto de un trastorno alimentario, enfermedades, estrés, …
Igualmente, criticamos cuando una persona gana peso cuando detrás puede haber una recuperación de un TCA, problemas emocionales, perdidas, una dificil conciliación laboral y personal….
Poner el foco en el peso hace daño. Nos daña a todas y todos.
Como podéis ver, definir la salud no es tan fácil como nos gustaría pensar. Es altamente individual y tan increíblemente complejo.
Sin embargo, podemos cambiar y redefinir lo que la salud significa para cada una de nosotras y nosotros.
Pero sea cual sea tu estado, quiero recordarte que eres es una persona digna y no le debes a nadie una explicación.
Tal vez puedas quitarte presión y empezar a preguntarte ¿qué es lo mejor para mí? ¿cómo puedo apoyar mi autocuidado en vez de intentar alcanzar las expectativas que la sociedad demanda?