Hoy me acerco a ti para hablarte sobre la culpa.
Vivir dentro de la cultura de la dieta conlleva convivir con la culpa, ¿te resuena? Seguro que si…
A menudo me preguntan:
- ¿Cómo puedo dejar de sentirme culpable después de comer?
- ¿Cómo sortear la culpa cuando siento que he comido “demasiado”?
- ¿Cómo puedo no compensarlo con ejercicio o dieta?
- ¿Cómo puedo disfrutar de mis alimentos preferidos sin sentirme culpable?
En primer lugar, es importante entender cómo funciona la mente y las motivaciones que nos mueven.
Experimentamos culpa cuando creemos que hemos hecho algo malo.
La culpa es una emoción que evolutivamente tiene una función, moldear nuestra conducta para no dañar (a nosotros o al resto).
Y aquí es dónde está el quid de la cuestión, las emociones están modeladas por nuestros aprendizajes sociales. Es decir, lo que es correcto o no, la mayor parte de las veces está sostenido por lo que hemos aprendido socialmente.
Vivir dentro de la cultura de la dieta implica tener múltiples reglas en torno a lo que comemos:
- Alimentos buenos/malos
- Cantidades correctas/incorrectas.
- Combinaciones correctas/incorrectas
- …
O mensajes como:
- “eres lo que comes”,
- “si quieres puedes”,
- “tu alimentación es tu medicina”,
Todo esto bien mezcladito, cada nueva dieta, cada nuevo slogan, cada plan que te cuentan, suma más reglas a nuestra alimentación, y por lo tanto más culpa.
Y es importante que tomes conciencia de esto: esa culpa es aprendida.
No naciste sintiendo culpa por lo que comías. Es fruto de esta sociedad individualista, gordófoba, que pone el foco en el cuerpo, en el logro y éxito.
Así que el primer paso es la toma de consciencia de dónde viene la culpa.
Desculpabilizarnos por sentir culpa. Te diría que casi es inevitable sentirla. Yo la sentí muchísimo en el pasado.
Y aprender a relacionarte con ella.
Porque más que no sentirla (ojalá pudiéramos cambiar nuestra mente así, de un día para otro), es tomar consciencia de ella y de a dónde nos lleva si le hacemos caso.
Y aquí es donde entra el acercamiento a tus valores, algo que me apasiona y que sin duda es lo que más ha contribuido a mi bienestar emocional y a soltar las múltiples culpas que emergen en mi mente.
» Vale, está esto. Es lo que el contexto me vende como correcto, pero ¿realmente esto es lo que quiero para mí? ¿Es así como quiero cuidarme? ¿Si le hago caso a esta culpa, a dónde me conduce? ¿Eso me ayuda a cuidarme de forma flexible? ¿Quiero pasarme la vida así?»
Solo conectando con nuestros verdaderos valores podremos ir sorteando todo lo que esta sociedad nos vende como correcto.
Así que cuando notes que te sientes culpable después de comer, te invito a:
- Que tomes consciencia de ella y de dónde realmente viene: es la cultura de la dieta que nos hace creer que disfrutar al comer, nutrir nuestro cuerpo o comer hasta sentirnos muy llenas está mal, o nos hace ser malas.
- Pregúntate si participar en conductas compensatorias, eliminar tipos de alimentos o restringir el placer se alinea con tus valores o cómo quieres que sea tu relación con la comida y el comer.
- Y ofrécete consuelo y compasión cuando aparezca la culpa, incluso si sientes que has comida más de la cuenta, porque esto no es fácil, no hay una forma correcta de comer, es una experiencia humana totalmente normal.
¿Tiene sentido esto para ti?
Te mando un cálido abrazo
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