¿Cómo te relacionas con el placer?

¿CÓMO TE RELACIONAS CON EL PLACER?

En primer lugar quiero agradecer los múltiples mensajes de apoyo que recibí a raíz del post anterior. Y agradecer también todas las historias de dolor y sufrimiento que me habéis compartido.

 

Si algo es sanador en este camino de vivir la vida, a menudo complicado, es el de saber que no estamos solas, que el sufrimiento forma parte de la vida y que no hay nada malo en nosotras por experimentar lo que experimentamos. Es lo que los budistas llaman «humanidad compartida». La conexión a través de las experiencias dolorosas.

 

Hoy te quiero hablar de otra experiencia opuesta al sufrimiento, pero que a la vez puede estar altamente conectada.

 

Hoy te quiero hablar sobre el placer.

 

Soy una entusiasta de la exploración del placer como vía de autoconocimiento y crecimiento.

 

Tener una relación «sana» con el placer es altamente difícil hoy en día.

 

Cuando hablamos del placer al comer a menudo nos movemos en una dicotomía:

 

☘️ Por un lado, si hemos aprendido a cuidarnos dentro de la cultura de la dieta, probablemente asociaremos placer a reglas mentales como «malo», «engorda», «no debería», «no merezco». Así que nuestra relación con el placer probablemente esté cargada de culpa y vergüenza. 

 

☘️ Por otro lado, si vivimos estresadas, en desconexión con el momento presente o si, como te comentaba en el post anterior, «no nos permitimos sentir las emociones desagradables», probablemente nuestro cerebro anhele altas dosis de placer como forma de consolar, nutrir, evadir lo que estamos viviendo. Aferrarnos al placer, no solo con la comida, puede ser una forma de lidiar con el dolor y el malestar.

Y desde esta dicotomía podemos movernos continuamente entre el rechazo o el anhelo hacia el placer, lo que nos lleva a que no ocupe el lugar que se merece en nuestras vidas.

Y amiga, quiero que sepas que si notas que te pasa esto, es perfectamente normal. Pero también quiero que sepas que no solo mereces experimentar placer, sino que la exploración de la relación con él te puede decir mucho sobre cómo estás viviendo tu vida.

 

Personalmente, si echo la vista atrás, me veo a menudo moviéndome en esa dicotomía. Pero algo que sin duda me ayuda es, en vez de juzgarme o criticarme por esos excesos o defectos, mirar con curiosidad y compasión cómo estoy viviendo mi vida, cómo me estoy atendiendo, cómo estoy cuidándome y nutriéndome, es decir, explorar de qué me habla mi relación con el placer, y desde ahí ver qué pequeños cambios puedo hacer para regularme y que el placer ocupe el espacio que merece en mi vida: ni poco ni mucho.

 

Espero que todo esto tenga sentido para ti. Desde aquí, hoy, te animo a que explores tu relación con el placer. Si sientes que te aferras a él como forma de sentirte mejor, o si por el contrario, otras veces lo rechazas por esos aprendizajes. Me encantará que me lo compartas.

 

Y, como te decía la semana pasada, aunque nada de esto es tu culpa, se pueden hacer las cosas diferente. Recuerda, la primera mirada es la curiosidad y la compasión.

 

Para terminar te animo a que veas este episodio, que forma parte de mi podcast Habitándome, en que entrevisté a Sonia Encinas y estuvimos hablando sobre el placer. 

 

Deseo que te haya gustado la información compartida.

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