La semana pasada tuve una serie de visitas que me hicieron reflexionar sobre el uso del deporte como única herramienta para reducir el estrés y la ansiedad.
Os comento que el perfil de clientes que me hicieron hacer esta reflexión coincidía con el patrón de ser hombres, de mediana edad, sometidos a un estrés importante, amantes del deporte, con tendencia al sobrepeso y a comer por ansiedad.
Justamente también coincidían todos en el patrón de utilizar el deporte para reducir el estrés, y en todos los casos, debido a lesiones, horarios laborales, etc…, habían tenido que reducir o dejar ese deporte, con el consecuente aumento de peso.
Una de las cosas que me comentaban era que gracias al deporte podían compensar los excesos de su alimentación, calmaban la mente, y a su vez tenían menos ansiedad por comer.
Un caso me pareció especialmente curioso, el de un chico de unos 40 años, con una prótesis de cadera y dos de rodilla en camino debido al desgaste por exceso de ejercicio.
QUÉ PASA CUANDO EL DEPORTE ES NUESTRA ÚNICA VÍA DE GESTIONAR EL ESTRÉS.
La pregunta que les planteé y me planteo es ¿es adecuado que el deporte sea nuestra única válvula de escape?
Me refiero a que son sobradamente conocidos los beneficios del deporte sobre la salud, tanto a nivel físico cómo mental. Beneficios a nivel cardiovascular, metabólico, sobre nuestro aparato locomotor, etc… aumentando la esperanza de vida.
A nivel emocional libera tensiones, nos ayuda a manejar el estrés, a desconectar de los problemas, clarifica la mente, genera endorfinas, ….¿pero qué pasa cuando es la única válvula de escape que tenemos, cuando es la única herramienta que tenemos para relajarnos, reducir la ansiedad por comer o desconectar del trabajo?
Ahí os dejo esa pregunta y os agradecería comentarios al respecto.
Desde mi punto de vista personal y profesional, tenemos que hacer un uso racional del deporte, para hacer salud y sentirnos mejor con nosotros mismos, pero no podemos confiar en él toda la solución a nuestro estrés y ansiedad, sobre todo cuando lo que hay detrás también son unos malos hábitos alimentarios y comer emocional.
Porque, ¿qué pasa si las circunstancias de la vida nos llevan a no poder hacer deporte o todo el deporte que quisiéramos? Pues que tendremos muchos puntos para engordarnos ya que entraremos en el bucle ansiedad→ comer para calmar la ansiedad y el estrés→ sentirme peor→ seguir comiendo.
Mi consejo es hacer deporte, tener unos buenos hábitos alimentarios y a la vez tener herramientas que nos ayuden saber gestionar nuestro estrés. Yo opto por el deporte, la meditación y la lectura, ¿Y tú?
Interacciones con los lectores