comidas navideñas

MINDFUL EATING EN NAVIDAD

La navidad puede ser un momento difícil de navegar cuando luchamos con la cultura de la dieta o sufrimos un trastorno de la conducta alimentaria.

Y son múltiples las situaciones que nos pueden sobrepasar: comidas laborales y familiares, exceso de gastos, de quehaceres…el simple hecho de la Navidad como época que se supone debemos estar bien ya puede resultar un reto cuando nuestro estado de ánimo va por otro lugar.

Por eso es muy importante que puedas apoyarte con herramientas para ayudarte a sobrellevarlo.

Algo que te puede ayudar esta Navidad es acercarte a las celebraciones desde un lugar de más consciencia. Te comparto aquí algunos consejos desde la alimentación consciente, el mindfulness y la compasión. 

La alimentación consciente nos ayuda a resituarnos entre  los extremos del exceso y de la restricción, explorando cómo al comer aquellos alimentos que realmente deseamos desde un lugar de permiso incondicional nos capacita para regularnos mejor en el equilibrio entre nutrición y placer y salir del todo/nada. 

 

ALIMENTACIÓN CONSCIENTE Y MINDFULNESS  PARA ESTAS COMIDAS NAVIDEÑAS:

1. Practica la compasión hacia ti. 

La Navidad es una época especialmente difícil porque a nuestras luchas diarias, se le añade el cómo se supone que deberíamos sentirnos. Solo tenemos que echar un vistazo a las películas navideñas, llenas de tópicos sobre felicidad, alegría, conexión y amor. 

Pero la realidad a menudo va por otro lugar muy diferente. Permítete ser amable y compasiva contigo si estos días no te estás sintiendo bien. Practicar estar un rato a solas abrazándote y dándote calidez puede ayudarte a sostenerte en los momentos difíciles. 

2. Respira y establece una intención para la comida. 

Depende del lugar donde estés en tu relación con la comida,  explora qué es lo que quieres poner en práctica estos días. 

Tal vez te gustaría salir de tu zona de confort y probar cosas que no sueles comer, tal vez poner foco en las conversaciones y no tanto en la comida, tal vez no dejarte llevar por el piloto automático que te lleva acabar sintiéndote en una plenitud muy incómoda, tal vez permitirte sobreingerir, tal vez disfrutar más de la comida y estar más presente en el placer, etc…

Parar y establecer una intención nos ayuda a estar más conectadas con nuestras necesidades, pero recuerda ser amable contigo misma si no la cumples, eres humana y esto no es fácil. 

 

3. Date permiso para comer

Comer entre extremos (hacer dieta estricta o abandonarse completamente)  nos puede alejar de cuidarnos como nos gustaría. Si tienes en tu mente que en Enero empezarás la dieta, será fácil que caigas en el todo (ya que más adelante ya no lo podrás hacer)

Por tanto, puedes empezar hoy el camino de dejar atrás eso de “pasadas las fiestas me pongo a dieta”, e intentar comer de forma más flexible y conectada contigo y tus necesidades, para siempre. Cabe decir que tal vez no sea la mejor época del año para empezar, pero, ¿por qué no probar?.

Te puede ser útil tomarte un momento para reflexionar sobre sus comidas favoritas durante las fiestas, y hacer espacio para esas comidas y para su pleno disfrute. Recuerda, todas merecemos experimentar placer.

Es muy fácil caer en la tentación de transformar nuestros platos preferidos en alimentos libres de culpa: aperitivos  light, platos veganos de moda, roscones de reyes sin azúcar y sin gluten , etc.. Estos consejos  pueden ser contraproducentes para ti porque negarte el acceso a todo aquello que más disfrutas puede llevarte a sentimientos de  restricción, de control, de rebeldía que te conducen a seguir alimentando la mala relación con la comida. 

Recuerda, todos merecemos experimentar placer, independientemente del tamaño de nuestro cuerpo (algo que la cultura de la dieta niega para las personas con cuerpos grandes).

4. Honra tu hambre/No te saltes comidas. 

Parte de la satisfacción proviene de estar hambrienta, porque ayuda a que los alimentos sepan mejor, pero si llegamos a las comidas demasiado hambrientas, probablemente comamos con urgencia.

Honrar el hambre es un principio básico de la alimentación consciente e intuitiva, y en esta época del año permanecer nutrida durante todo el día es esencial, porque si llegas a la mesa con demasiada urgencia vas a devorar y ¡no va a disfrutar plenamente de la comida!

Una pequeño bocadillo, una fruta o unos frutos secos pueden ayudarte a llegar a la celebración con un nivel de hambre cómoda que te permita escoger y comer de forma más tranquila.

A veces, para compensar un exceso, puedes estar tentada a no cenar o no desayunar. Aunque sientas que te «has pasado», es interesante mantener el ritmo de las 3 o 4 comidas diarias, si te saltas comidas seguramente llegarás con mucha más hambre a la siguiente comida y tendrás más probabilidades de sobreingerir.

Además, saltarte comidas o hacer deporte para compensar o quemar solo perpetua  la lucha y el control con la comida.

 

5. Intenta mantener unas rutinas y cuidarte emocionalmente.

Cuando nos ponemos en “modo off”, es decir, “modo fiesta” o “modo placer”, parece que no hay espacio para cuidarse.  Intentar mantener ciertas rutinas los días de vacaciones, tanto en las comidas, como en el movimiento puede ayudarte es sentirte más regulada emocionalmente. 

Busca actividades que te hagan sentir bien contigo misma y te nutran, como pasear,  quedar con amigos, ir al cine, jugar juegos de mesa, un poco de yoga… Caminar es uno de los mejores regalos que le puedes dar a tu cuerpo, dar un paseo consciente, poniendo atención al movimiento de tu cuerpo, a tu respiración, al paisaje que te rodea, a las sensaciones que te despierta el frío, al placer de una buena compañía, etc…puede ser un bálsamo para tu estado de ánimo.

Puedes preguntarte: ¿Cuáles son los requisitos mínimos de autocuidado para mantener mi paz mental esta Navidad? 

Establece tus prioridades principales de autocuidado y trata de incluir alguna forma de quietud, ya sea escribiendo un diario de gratitud, tomando un baño, pasando algún tiempo en la naturaleza, meditando o simplemente sentándote y leyendo un libro mientras escuchas tu música favorita.

Cuando muchas cosas pasan a tu alrededor, priorizar algo de quietud puede ayudarte a mantenerte conectada contigo misma  y con las necesidades de tu cuerpo.

Otra razón por la que el autocuidado es tan vital es que es más fácil comer intuitivamente y con atención cuando nuestro mundo interno está en orden.  Por lo tanto, puede ser un buen momento  para hacer balance de nuestro mecanismos de regulación del estrés y las emociones, para que la comida no sea la única manera de gestionar nuestro mundo emocional. Tal vez no sea el mejor momento para ponerte manos a la obra con eso, pero el final de año puede ser un buen momento para establecer intenciones de autocuidado para el año siguiente.

6. Aprendiendo a poner límites en las comidas navideñas.

Para ayudarte  a poner todo esto en práctica, te puede ayudar a ensayar mentalmente escenarios desafiantes relacionados con la alimentación y las conversaciones.

Las conversaciones respecto a dietas/cuerpos suelen ser habituales en este tipo de encuentros y una gran fuente de estrés en las personas que tiene una mala relación con la comida y el cuerpo. Compartir previamente con nuestros seres querido qué esperamos/necesitamos en estos encuentros es una forma de poner límites asertivamente.

 

7. Practica la gratitud.

No te olvides de practicar la gratitud  durante esta época emocionante y caótica del año.

Aprecia los esfuerzos que haces para navegar las luchas y desencadenantes que surgirán durante las comidas navideñas.

Practica la gratitud por la comida que está nutriendo tu mente, cuerpo y alma y por los recuerdos que estás creando durante esta temporada navideña. La comida es mucho más que combustible, pero también una manera de unir y conectar a los que amamos.

Y recuerda intentar acercarte a todo esto desde un lugar de no perfeccionismo o de juicio, ¡es normal comer en exceso, todas comemos demasiado a veces!

Aprovecho para enviarte un cálido abrazo

Mireia

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