Tenía otro texto preparado pero he decidido cambiarlo porque quiero compartir contigo algo que me pasó hace unos días.
Si me sigues en mis stories de intagram, verás que a menudo comparto fotos en la montaña.
Es muy importante para mi salud mental y física ir a la montaña por lo menos dos veces al mes, me ayuda a soltar estrés, a cultivar la presencia, la conexión con la naturaleza, con mi cuerpo y con otras personas que sintonizan con lo mismo.
A menudo me apunto a excursiones de senderismo y la mayoría de las veces no conozco a las personas que me van a acompañar.
Es una experiencia muy enriquecedora. Suelo encontrar a muchas mujeres separadas, madres de hijos adolescentes, con historias afines a la mía.
Pero también encuentro cultura de la dieta a tope. Quiero decir que no hay excursión que haga que en la que en algún momento no se hable de «ganarse la comida», de qué dieta está haciendo cada une, de peso, de esconder la barriga en las fotos, etc…
Ayer me volvió a pasar, y me llevó a la reflexión de que al seguir y ser seguida en redes sociales por cuentas afines a mis valores, a veces pienso que avanzamos más de lo que en realidad lo estamos haciendo.
Y la realidad es que queda mucho por hacer.
Mi compañera de coche me contaba el caso de su amiga, también separada, que estuvo a punto de venir a la excursión, pero que no lo hizo porque está haciendo una «famosa dieta de batidos» y no aguantaría todos los quilómetros sin comer. Me compartía todas las renuncias que hacía (ya no podían ni ir a tomar un café juntas porque el café solo podía ser de cierta manera). Ella me lo explicaba horrorizada, pero a la vez me compartía que a ella no le gustaba el deporte pero que venía a la excursión para después poder comerse un donut tranquilamente. Lo fuerte es que para nada era consciente de que eso también es cultura de la dieta, «ganarte el placer».
Esto es solo una anécdota de las muchas que viví ayer en torno al peso y la comida. Seguro que tú también podrías escribir un libro sobre todo lo que es vivir en medio de la cultura de la dieta dándote cuenta de ella (la mayor parte de las personas la han normalizado tanto que no son conscientes del daño que nos hace).
Si estás tratando de salir de la cultura de la dieta, estas situaciones pueden ser altamente amenazantes porque confrontan continuamente tus valores de autocuidado, libertad y respeto con lo que «se supone que se tiene que hacer».
Ir al médico, hacer una excursión, reuniones familiares, coger trasporte público, … Vivir en el contexto actual implica vivir continuamente situaciones de autocuestionamiento, de dudas, de vergüenza, de preguntarte si lo estarás haciendo bien, … Y muchas de estas situaciones pueden llevarte a caer de nuevo en las garras de la cultura de la dieta, porque la mente, como forma de protección te dirá: «la última dieta, pruébala una vez más»,
Hoy quiero compartirte sobre la importancia de los anclajes.
Un anclaje es aquello que nos ayuda a no dejarnos arrastrar por lo que nos generan las situaciones difíciles. Es poner en práctica algo que te ayude a no dejarte arrastrar por la tormenta emocional y poder seguir con nuestro camino de autocuidado. Tener un buen anclaje al aquí y al ahora es de suma importancia para surfear los envites de la cultura de la dieta.
Un anclaje puede ser algo externo, como ir a la montaña, o algo interno, como llevar la atención a tu respiración.
Ejemplos de anclajes externos:
☘️ El contacto con la naturaleza (incluso ir a un parque u observar una planta)
☘️ Llamar a una buena amiga que te ayude a sentirte vinculada y te serene.
☘️ Asegurarte un grupo de padres alineada con tus valores de respeto corporal.
Ejemplos de anclajes internos:
☘️ Llevar la atención a tu respiración.
☘️ Llevar la atención a la planta de tus pies.
☘️ Darte un abrazo en señal de apoyo y para recordarte que esto no es fácil.
☘️ Decirte internamente mantras como «esto no es personal», «merezco cuidarme como yo considero», «eso es cultura de la dieta y yo decidí no seguirla», «mi cuerpo merece respeto» o cualquier otra frase que te ayude.
☘️ Utilizar tus sentidos, vista, olfato, tacto, gusto, … para suavizarte con algo agradable. Puede ser tomar una infusión agradable, oler un aceite esencial, abrazar un peluche, …
Esta sociedad está en un proceso de transformación, es lento, pero poco a poco van cambiando cosas. Mientras tanto, espero que puedas mantenerte fiel a tus valores y que las tormentas a las que te somete la cultura de la dieta no te arrastren.
Ojalá esto que te comparto te sirva, me encantará saber cómo te va y si tienes algún otro anclaje que te funcione en los momentos difíciles, me encantará que me lo compartas.
Te deseo una bonita semana
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