Hoy quiero hablarte un poco de mi perspectiva de salud mental.
Una de las consecuencias de la pandemia fue el empeoramiento de la salud mental de las personas, sobre todo entre la población adolescente.
De las pocas cosas buenas que han salido de todo esto es que nos está llevando a la toma de conciencia de la importancia de cuidar la salud mental.
Seguro que en algún lugar has oído o leído esta frase: «Sin salud mental no hay salud».
Sin duda es algo que promovemos desde hace muchos años los profesionales que trabajamos desde el enfoque de no dieta: las dietas no solo no funcionan sino que dañan la salud mental y la relación con la comida y el autocuidado de las personas.
La cultura de la dieta promueve una idea rígida de salud, basada en el peso, que ha demostrado ser altamente nociva.
Pero por desgracia, este es el contexto que nos rodea: cultura de la dieta, culto al cuerpo, boom de las redes sociales, foco en el éxito o resultado, …
Si me sigues en redes y por aquí sabrás que siempre nombro el contexto.
El contexto es aquello donde han ocurrido y ocurren las cosas y determina altamente nuestras luchas.
Los trastornos alimentarios, las luchas con la imagen corporal, la ansiedad, la depresión y tantas otros trastornos no ocurren sin más.
Son cosas que nos suceden por el hecho de ser seres humanos viviendo en una sociedad que no nos lo pone nada fácil.
De ahí se deriva que la salud mental es una cuestión social y política.
Es por eso que el enfoque psicológico desde el que acompaño a las personas, la terapia de aceptación y compromiso (le decimos directamente ACT por las siglas en inglés) es el enfoque que más sentido tiene para mi.
Llevo tiempo queriendo hablarte de ACT porque para mi no solo es un modelo terapéutico. Es una forma de entender el mundo muy alineada con la filosofía budista que me cambió la forma de relacionarme conmigo misma.
Descubrí este modelo hace muchos años cuando me formé en mindfulness y algo hizo click dentro de mi, al igual que me pasó con la alimentación consciente y la terapia enfocada en la compasión (otro día te hablaré de ella).
Para mi es el modelo terapéutico más completo y a la vez compasivo, porque no está basado en etiquetas, como el modelo biomédico, sino en la naturaleza de la mente humana (que no nos lo pone nada fácil), a la que se le suma la influencia del contexto.
ACT propone que la raíz del sufrimiento tiene que ver con los intentos de la mente por adaptarse y no experimentar dolor. Pero son justamente esos intentos por no experimentar dolor lo que nos acaba complicando más la vida y nos atasca en luchas interminables.
Desde ACT se promueve la aceptación de las experiencias internas difíciles (vergüenza, vergüenza corporal, culpa, ansiedad, estrés, …), y desde la conexión con nuestros valores, ser capaces de movernos hacia una vida plena.
Son seis los procesos centrales que abordamos en la terapia de aceptación y compromiso (ACT): aceptación, defusión cognitiva, conciencia del momento presente, yo como contexto, valores y acción comprometida.
ACT es un modelo terapéutico con base científica (el análisis funcional de la conducta) y es mucha la evidencia que sugiere que estos 6 procesos contrarrestan el desarrollo y el mantenimiento de muchos, si no todos, los problemas de salud mental, al aumentar la flexibilidad psicológica.
En un proceso ACT relacionado con la comida y con el cuerpo, se abordan estrategias para disminuir los mecanismos de afrontamiento desadaptativos, como la restricción, los ciclos de atracones y purgas, los atracones, el ejercicio compulsivo o el control del cuerpo ayudando a través de metáforas a que la persona conecte con que estos mecanismos que le sirven a corto plazo, pero que a largo plazo hacen su vida más pobre y difícil.
Lo maravilloso de un proceso ACT es que como abordamos habilidades basadas en la aceptación de las experiencias difíciles, no solo sirve para lo que la persona trae a la consulta, sino como herramientas para un funcionamiento más adaptativo en general.
Puedes saber más de mi enfoque solicitando una sesión informativa gratuita aquí.
Espero que todo esto tenga sentido para ti.
Aprovecho para desearte una bonita semana.
Interacciones con los lectores